Por: Sugel De La Cruz F.sugel06@hotmail.com
Es una realidad de que estamos viviendo en un mundo bastante globalizado, consumidor, con influencias de los medios de comunicación, políticas que encarcelan el desarrollo de la juventud.
Grandes personajes de la historia lucharon por revolucionar la evolución de la vida juvenil, pero grandes cambios se han manifestado en el transcurrir del tiempo y hemos quedado en la falsa idea de cambiar por completo, no obstante, los valores fundamentales y constitucionalistas de la sociedad deben mantenerse como prioridad en dicho proceso.
Real es la naturaleza, tanto biológica como psicológica, de que tanto el adulto como el joven viven de necesidad pero hay momentos en que existen componentes pocos necesarios pero que si deben estar prestos al camino de la persona por estar establecido acorde a un sentido común, la democracia.
Es lamentable la idea de culpar a la juventud de hoy por hechos sucedidos en el pasado, no sabiendo que los responsables ya no están, o si están no harán nada por remediar lo sucedido, pero estamos presentes, culpables o no, tenemos la oportunidad de ser responsables y levantar lo que otro quiso que permaneciera en el suelo, son muchos los jóvenes envueltos en conflictos con la ley, pero son mas los ciudadanos que dejan pasar por alto estos sucesos. Decimos que es momento de reaccionar a estos fenómenos, mientras dejamos a un lado los valores, talentos y capacidades de incidir en medio de tantas precariedades.
Ser joven es ser capaz de ocupar un espacio y ser protagonista en las tomas de decisiones, en los poderes del estado, en los componentes que conforman nuestra sociedad. Es lugar, tiempo y espacio propicio para lanzar una verdadera revolución juvenil.
Grandes personajes de la historia lucharon por revolucionar la evolución de la vida juvenil, pero grandes cambios se han manifestado en el transcurrir del tiempo y hemos quedado en la falsa idea de cambiar por completo, no obstante, los valores fundamentales y constitucionalistas de la sociedad deben mantenerse como prioridad en dicho proceso.
Real es la naturaleza, tanto biológica como psicológica, de que tanto el adulto como el joven viven de necesidad pero hay momentos en que existen componentes pocos necesarios pero que si deben estar prestos al camino de la persona por estar establecido acorde a un sentido común, la democracia.
Es lamentable la idea de culpar a la juventud de hoy por hechos sucedidos en el pasado, no sabiendo que los responsables ya no están, o si están no harán nada por remediar lo sucedido, pero estamos presentes, culpables o no, tenemos la oportunidad de ser responsables y levantar lo que otro quiso que permaneciera en el suelo, son muchos los jóvenes envueltos en conflictos con la ley, pero son mas los ciudadanos que dejan pasar por alto estos sucesos. Decimos que es momento de reaccionar a estos fenómenos, mientras dejamos a un lado los valores, talentos y capacidades de incidir en medio de tantas precariedades.
Ser joven es ser capaz de ocupar un espacio y ser protagonista en las tomas de decisiones, en los poderes del estado, en los componentes que conforman nuestra sociedad. Es lugar, tiempo y espacio propicio para lanzar una verdadera revolución juvenil.
1 comentarios:
Felicito al escritor de este artículo por mostrar interés y preocupación por la juventud.
Creo que una revolución es posible si nuestros jóvenes son capaces de diferenciar la verdad de la mentira, la ciencia de la superstición, la adulación del alago sincero, si tienen espíritu crítico y una férrea voluntad de cambiarse a sí mismo. Una juventud que no se domina, que no es racional sino que elogia la locura estará perdida para siempre e irremediablemente desviada.
Nuestros jóvenes que ejercitan sus cerebros y lo alimentan bien: pueden redireccionar la humanidad que avanza hacia la autodestrucción por causa del lucro y el derroche.
El cambio es posible!!!
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